Técnicas de aseo para personas mayores y con movilidad reducida. – POST DE INVITADO

Hoy tenemos la gran fortuna de contar con nuestros colaboradores de Theramart en este post de invitados. Desde su gran experiencia en ayudas técnicas nos van a hablar, en concreto, sobre ayudas para el aseo. Estamos seguros que os resultará de utilidad. Nuestro mayor agradecimiento a Theramart por su disposición y conocimientos. Juntos llegamos a más cuidadores y personas con dependencia.

INTRODUCCIÓN:

Los pacientes con movilidad reducida y adultos mayores precisan de nuestra ayuda para su aseo, por ese motivo decidimos realizar este artículo con técnicas y consejos, ya que, para higienizar de la mejor manera, debemos tomar ciertas precauciones.

Pueden ser frecuentes las ocasiones en las que un ser querido necesita ayuda para llevar a cabo algunas actividades en su aseo personal, ya sea debido a su edad o a una enfermedad incapacitante.

Estas ayudas deben proporcionarse en diversas horas del día y comprenden desde una leve asistencia hasta una ayuda total. Ese ser querido o familiar con limitaciones para movilizarse puede necesitar ayuda para:

  • Cepillar sus dientes
  • Lavar y afeitar su cara
  • Colocarse y arreglar su vestimenta
  • Bañarse
  • Maquillarse

La planificación es clave para proporcionar ayudas técnicas de aseo.

Puede que haya tareas que no sean tan frecuentes (por ejemplo, cortarse el cabello y las uñas) pero de igual forma requieren de planificación.

Independientemente del grado o nivel de asistencia que el paciente inmovilizado o adulto mayor requiera se debe entender que la forma como éste la perciba es importante.

De allí que es esencial que el cuidador asuma, en la prestación de esta ayuda, una actitud cordial y respetuosa.

Formación de hábitos de aseo en pacientes con movilidad reducida y adultos mayores.

Para algunas personas completar un ritual de aseo como el bañarse, vestirse o arreglarse puede significar un auténtico desafío, requiriendo por ello de la ayuda proporcionada por un cuidador.

Las dificultades para el paciente y el cuidador varían dependiendo del grado de inmovilidad o afectación que se tenga en algunos casos. De allí que el cuidador tal vez solo necesite indicarle o recordarle al paciente la tarea que debe realizar.

Otro detalle importante que debe tener en cuenta el cuidador, es el tratar de conocer del paciente sus hábitos, gustos y preferencias.

Por ejemplo, hay personas que adoptan un atuendo como su favorito y a menudo quieren usar todo el tiempo el mismo pantalón o la misma camisa. Para superar este inconveniente se pueden adquirir varias prendas similares a la favorita.

Es conveniente fijar un horario para estas tareas y establecer un lugar para guardar o colocar los implementos a utilizar. Esto estimulará al paciente a participar en la medida de sus posibilidades.

Recomendaciones para las técnicas de aseo:

  • Fijar un horario con el propósito de hacer de estas tareas una rutina diaria. Es conveniente elegir una hora fija todos los días para llevar a cabo una determinada tarea.
  • Hacer que el paciente vaya progresando en autonomía. Dependiendo de su nivel de movilidad o habilidades debe estimularse al paciente a realizar algunas tareas, por ejemplo, acomodar su vestimenta.
  • Respetar sus gustos y hábitos en la medida de lo posible: Siempre y cuando no impliquen un elemento contrario a su estado de salud puede permitírsele al paciente que mantenga su preferencia por ciertos artículos de aseo personal, por ejemplo, una navaja de afeitar.
  • Reducir el grado de complejidad de las tareas: Entre más sencillas sean la forma de peinarse o maquillarse, por ejemplo, habrá más posibilidades de que el paciente asuma el desafío de hacerlas por sí mismo.
  • No recordarle las tareas en todo momento sino esperar a que éste las recuerde. Cuando se haya fijado una rutina de aseo le será más fácil al paciente recordar la hora a la que debe bañarse.

Técnica de aseo mano a mano:

Una de las ayudas técnicas de aseo implementadas con pacientes con movilidad reducida o adultos mayores es la llamada mano a mano.

Dicha técnica consiste en realizar el cuidador la tarea (por ejemplo, maquillarse) mientras el paciente apoya su mano en la del cuidador. Esto le proporcionará un sentido de participación.

Es muy posible que tareas como cortarse el cabello o la barba requieran de desplazarse fuera de casa, lo que podría ameritar ciertas precauciones, especialmente si el paciente tiene un considerable grado de inmovilidad.

En este caso para reducir las visitas al barbero o peluquería es conveniente adoptar un estilo sencillo que pueda realizarse en casa.

Precauciones para el afeitado de personas con movilidad reducida:

Estas son algunas de las precauciones para el afeitado que deben tenerse en cuenta:

  • Utilizar una maquina u hoja de afeitar de seguridad. Esta es especialmente indicada para pacientes que registran movimientos involuntarios.
  • Colocar una toalla para recoger el agua que se desliza por su mejilla.
  • Para mojar su cara se puedes utilizar una toalla húmeda y tibia.
  • Aplicar crema de afeitar con sustancias emolientes para evitar irritaciones en la piel.
  • Evitar afeitar a contrapelo para prevenir cortaduras o halar el vello facial.
  • Afeitar trazando desplazamientos cortos.

Para llevar a cabo estas tareas de cuidado personal es importante seleccionar las herramientas y artículos necesarios.

Por ejemplo, para evitar que el paciente inmovilizado se moje en exceso al lavar su cabello es recomendable utilizar un gorro para aseo.

Para esas ocasiones en las que la persona tiene dificultades para movilizarse hasta el cuarto de baño el gorro para aseo es muy conveniente porque permite lograr un completo lavado de cabello sin necesidad de utilizar agua.

Estos gorros de baño vienen provistos de champú y acondicionador favoreciendo un lavado sin necesidad de enjuague y con la sensación de una ducha tibia.

Existen también en el mercado bañeras portátiles que facilitan las labores de aseo. Esta se infla en la misma cama por lo que el riesgo de caídas se reduce al mínimo.

Recomendaciones finales a seguir para el cuidado de un paciente con movilidad reducida:

  • Procurar darle opciones para elegir su vestimenta o productos a utilizar.
  • Colocar su ropa en el orden en que se vestirá. Por ejemplo, primero una camisa, encima un pantalón y luego la ropa interior.
  • La identificación de las prendas de vestir ayuda a las personas asistidas a obtener cierto grado de control, así como ir informándole sobre el orden de colocación de la vestimenta. Por ejemplo, “primero pasamos la cabeza”
  • Solicitar su colaboración en los momentos que se crea oportuno.

Esperamos que este artículo te sea de gran utilidad y que la persona a tu cuidado se sienta orgullosa y satisfecha de tus técnicas de aseo y de los cuidados que recibe, siempre haciéndole sentir que puede lograr cierta autonomía, sin importar lo pequeña que esta sea.

 

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